lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Qué es la ciencia?

¿De que manera podemos aproximarnos al mundo que nos rodea, observarlo, comprenderlo, conocerlo y después alejarnos de él para realizar un ejercicio de abstracción y, con esa realidad aprehendida, desarrollar herramientas que nos permitan modificarla? Los procesos de desarrollo de la actividad científica no pueden ser ni tan idealistas ni, por ende, tan pautados.

Si bien es cierto que la lectura ofrece una aproximación a las relaciones que se establecen entre los fenómenos y la realidad, pero con una pretendida objetividad que no es tal, salvo que demos por buena la relación de materialista = objetivo. La realidad siempre es más compleja que el resultado de nuestro conocimento o de nuestra acción.

Es esta complejidad la que nos lleva a plantearnos la interconexión más profunda que existe entre conocimiento y acción y la que nos demuestra que es un error pautar los procesos de estudio de la realidad. Nosotros somos elementos de esa realidad que pretendemos conocer, pero que a la vez modificamos con nuestra propia acción cognoscitiva y de modificación de la misma.

No podemos, por tanto, realizar una disección aséptica de la realidad. Siempre existirá un flujo subjetivo ya que nuestro análisis, por individual que sea, se lleva a cabo dentro de un plantemiento social.